La combinación de setas, calamares y vino convierte el otoño en el Maresme en una temporada culinaria excepcional.

Disfrutar de una calçotada con calamares a la brasa es una experiencia gastronómica inolvidable. La textura tierna y el sabor marino de estos cefalópodos se combinan con los sabores ahumados de la brasa, creando una fusión de gustos que cautiva a los paladares. En Arenys de Mar se celebra desde hace 28 años las jornadas del Calamarenys, donde el producto estrella, el calamar, se puede degustar en los establecimientos gastronómicos del municipio y se establece una vertiente más tradicional y de descubrimiento del territorio, con rutas por la “vila marinera” o como era, años atrás, una subasta de pescado.

Del mar al viñedo, tanto los vinos tintos como los rosados ​​son una excelente opción para acompañar los platos de esta temporada. Los vinos tintos con sus matices de frutos rojos y notas de especias complementan los gustos profundos de las setas, mientras que los vinos rosados ​​frescos y afrutados resaltan los sabores delicados de los calamares.

El mes de octubre es el mes del Vi+, un evento que ensalza la tierra de la pasa blanca. Varios municipios de la comarca ofrecen actividades, a la vez que también las bodegas organizan un montón de propuestas para vivir experiencias únicas creadas por los miembros de la ruta del vino DO Alella.

La llegada del otoño inaugura la temporada de setas. Las variedades que más destacan de la producción de setas de la comarca, son los níscalos “esclatasang”, uno de los más populares de la zona; por otro lado, los huevos de rey, una seta poco amante del frío, de sabor dulce y olor suave; loas famosos hongos blancos o los míticos rebozuelos, así com las versátiles trompetas de la muerte o los carlets, una seta tardía y de abundante carme, ideal para conservas. Los establecimentos se apropian de esta riqueza forestal para crear platos deliciosos como risottos de setas, crema de setas y níscalos a la plancha.

En diferentes municipios del territorio se celebran actos alrededor de la seta para degustarlos; es el caso de Sant Iscle de Vallalta con su Feria de la Seta o de Vilassar de Dalt, donde se valoran todos los alimentos de otoño, combinando estos sabores de temporada, con los de km0.