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El sector turístico maresmense augura cerrar agosto con buenas cifras de ocupación
El mes de julio empezó con unos datos de ocupación más discretos, pero ha acabado con una remontada que ha llegado al 80% y que el sector prevé que aumente y dure todo agosto con un buen nivel de reservas.
El sector hotelero del Maresme prevé cerrar agosto con unas buenas cifras de ocupación a raíz del nivel de reservas y del aumento de turistas internacionales, sobretodo provenientes de Francia, Holanda, Bélgica y Alemania, según los datos del Gremi d'Hostaleria del Maresme. También el sector del campin augura una buena temporada que se acabará de completar con las reservas de último momento, apuntan desde la Associació de Càmpings de Barcelona.
El mes de julio empezó con unas cifras de ocupación más discretas que han acabado llegando al 80% con una remontada de finales de mes. El sector atribuye el ritmo de la primera mitad de julio a la inflación de los países europeos, la situación de conflicto social en Francia, la buena climatología en el Reino Unido que ha llevado a los ciudadanos ingleses a hacer turismo de proximidad y el retraso del inicio de las vacaciones de países como Holanda o Bélgica. También se ha perdido el turista ruso, ucraniano y bielorruso, que acostumbraba a venir durante el mes de julio.
La presidenta del Consorci de Promoció Turística Costa del Maresme, Carme Ponsa, compara la ocupación de este julio a la de años anteriores a la pandemia, después del amortiguamiento del efecto "boom" que provocó especialmente en los cámpines.
El perfil de turista que ha acogido el Maresme hasta ahora ha sido de proximidad, de Barcelona y el área metropolitana, pero también de otros puntos de Catalunya, además del sur de Francia. El sector se está adecuando a la demanda de estancias más cortas, de entre 3 y 4 días, y con muy poca antelación en las reservas.
El ámbito turístico sufre las consecuencias de dos problemas comunes en el conjunto de la sociedad: la inflación y la sequía. Aun así, los agentes turísticos destacan que en el Maresme llevan años haciendo campañas de ahorro de agua entre los alojamientos, por lo que hay un alto nivel de conciencia.