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Las playas del Maresme tienen vida más allá del verano

El Maresme es famoso por sus playas. 52 kilómetros de playas repartidas por los 16 municipios costeros que esconden auténticos tesoros. Pequeñas calas rocosas de arena blanca y extensas playas de arena dorada bañadas por aguas mediterráneas de gran calidad. Gracias a ello, muchas de ellas están distinguidas con la bandera azul, que reconoce tener unas condiciones ambientales óptimas y una serie de instalaciones, y la Q de calidad turística.

Muchas playas también disfrutan del Biosphere Sustainable Lifestyle, el sello del Instituto de Turismo Responsable que acredita que cumplen una serie de prácticas de sostenibilidad, y cada año se acrediten nuevas. Actualmente lo son la Playa Grande, de Garbí y de las Rocas de Calella; de El Masnou y de Ocata; de la Riera y de los Pescadores de Pineda de Mar; y de las Barcas, de la Estación y del Balís de Sant Andreu de Llavaneres.

Estos fantásticos lugares naturales son un gran reclamo en verano para hacer pasar el calor y estirarse a broncearse, pero realmente se puede disfrutar de la playa durante todo el año. En otoño y primavera, cuando el tiempo es de lo más agradable, se pueden pasar largos ratos jugando en la playa. Se pueden hacer castillos de arena y partidos de fútbol o de voleibol sin el asfixiante calor del verano, permitiéndonos disfrutar del deporte. También podemos optar por jugar con las palas, ya sea en pareja o en grupo.

Los días de viento son perfectos para hacer volar cometas con las más pequeñas, incluso podemos elaborarlo previamente en casa en un taller de manualidades. Si los niños y niñas lo prefieren, en algunas playas también encontrarán juegos infantiles como castillos formados por cuerdas para poder escalar.

¿Te has planteado un rato de lectura a orillas del mar? Una actividad relajante con el ruido de las olas de fondo, un tiempo por uno mismo y para sumergirse en todo tipo de historias. Pero puede ser también una actividad en familia: la hora del cuento con los más pequeños en un entorno natural. Ideal para contar relatos de piratas, de sirenas y de ciudades sumergidas.

Cuando vayamos a la playa con niños, siempre hay una actividad que no puede faltar: recoger conchas. Pero cuidado, llevárselas a casa puede dejar sin alimento a los pequeños invertebrados de la costa. Se pueden hacer concursos a ver quién consigue la concha más grande o más bonita, pero después es necesario devolverla a su medio natural para garantizar la sostenibilidad de la playa.

En verano podemos practicar un montón de deportes acuáticos, pero fuera de temporada podemos optar por las embarcaciones, con las que no hay que remojarse: patines de vela, catamarán, kayak o una ruta en barco. En toda la comarca hay muchas bases náuticas y empresas dedicadas a los deportes acuáticos a las que podemos dirigirnos para salir a navegar. Es una buena ocasión para que los más pequeños aprendan a situar los puntos cardinales y cómo funcionan las embarcaciones.

 

Y no podemos olvidarnos de nuestras mascotas. Algunas playas del Maresme permiten que los perros vayan todo el año, otras sólo en ciertas épocas. Te recomendamos consultar la regulación de cada municipio para poder disfrutar de este magnífico entorno natural con tu peludo amigo.

Como puedes ver, el Maresme tiene unas playas ideales para su aprovechamiento durante todo el año. Se pueden realizar mil y una actividades, en solitario, en familia o con amigos. Y si haces fotografías, no olvides etiquetarme en @laiaiamaresme y @costabcnmaresme con las etiquetas #turismemaresme y #somdemaridemunt!

 

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