Las Embajadas
Las Embajadas en el Maresme
Este itinerario permite descubrir los lugares donde se instalaron las delegaciones diplomáticas de los principales países que huían de los peligros que representaba la ciudad de Barcelona, centrándose exclusivamente en los términos municipales de Caldes d'Estrac, Sant Vicenç de Montalt, Arenys de Mar, Premià de Dalt y Sant Andreu de Llavaneres.
Can Bastos (Residencia del cónsul francés)
El consulado francés se instaló en noviembre de 1937 en Barcelona, en concreto en la Torre Vilana (actual Clínica Teknon), tras el nombramiento del nuevo embajador, M. Labonne. A finales de marzo de 1938, después de los bombardeos de Barcelona, el consulado francés se instaló en Caldes d'Estrac. Labonne fue sustituido por Jules Henry, quien presentaría sus credenciales el 31 de diciembre de 1938 en el Palacio de Pedralbes. El embajador francés vivía en Sant Andreu de Llavaneres, mientras que la mayoría del personal diplomático y consular francés residía en Caldes d'Estrac. De hecho, el cónsul francés vivía en Can Bastos, un edificio neoclásico construido en 1880, ubicado en la calle Major de Caldes d'Estrac y cuyo propietario había sido el doctor Bastos, quien dio nombre a la finca.
Can Boada (Embajada de Costa Rica)
Los primeros datos que se tienen de Can Sans se remontan al siglo XVI. Su primer propietario conocido fue Baltasar Gerónima Viladomat; posteriormente lo fue Joan Alsina y después Joaquim Sans, quien dio nombre a la casa. Al morir en 1899, el propietario pasó a ser Alfredo Boada, por cuyo nombre también fue conocida la finca. Respecto al edificio, se trata de una casa esquinera de dos plantas, del siglo XVIII, situada en el núm. 38 de la calle Major de Caldes d'Estrac. Durante la Guerra Civil albergó la embajada de Costa Rica tras los terribles bombardeos que sufrió Barcelona a mediados de marzo de 1938, hecho que aceleró la marcha de consulados y embajadas de la capital catalana.
Can Marcelino Coll (Consulado de Francia)
Situado en el cerro de Caldes, en la calle Pont del Sergent núm. 1, se encuentra Can Coll, un chalé unifamiliar de estilo colonial construido en 1917. Su propietario era Marcelino Coll, dueño de la empresa Can Valls. El edificio, de planta baja y planta superior, y con una superficie de 389 metros cuadrados, está rodeado de jardín y su fachada principal está orientada en sentido sur. La planta baja presenta un porche con una columnata, mientras que en la primera planta se erige una terraza con una barandilla de hierro y una serie de accesos al interior de la casa.
Esta finca fue la escogida por el gobierno francés para instalar su consulado tras los terribles ataques que sufrió Barcelona a mediados de marzo de 1938. La tarea del consulado francés fue incesante y, gracias a su ubicación más alejada del centro de la población, a partir del mes de agosto de 1938 empezó a repatriar franceses vía Caldes d'Estrac, así como catalanes republicanos.
Can Mercè i Garriga (Consulado del Reino Unido)
Los británicos primero ubicaron su consulado en Caldes d'Estrac. Fue uno de los primeros países en hacerlo; más tarde le seguiría la embajada. Así, el 12 de junio de 1937 se trasladó el Consulado General Británico a Caldes d'Estrac, a los núms. 30 y 31 del paseo marítimo, en concreto a las Torres Garriga y Mercè. De hecho, hubo un malentendido respecto a la ocupación de las torres, ya que tenían que haber sido ocupadas por las delegaciones de Gran Bretaña y la URSS, respectivamente. Finalmente, como los soviéticos no se movieron de Barcelona, los británicos se instalaron en ambas torres. Así fue como el consulado británico se estableció en Casa Garriga, mientras que la propietaria de ambos edificios, la señora Maria Vernet, hizo lo propio en Casa Mercè, junto con el personal del mismo consulado. Hay constancia de que el 29 de junio de 1937, el consulado británico ya había fijado su residencia en las Torres Garriga y Mercè.
Ambas casas compartían jardín y eran gemelas, con características muy similares: torres de veraneo con semisótano, planta baja y dos plantas superiores, de estilo neoclásico afrancesado.
Can Soler (Embajada del Reino Unido)
La embajada británica fue de las últimas en trasladarse de Valencia a Barcelona, pero de las primeras en establecerse en Caldes d'Estrac. El 19 de noviembre de 1937, la embajada británica pidió la Torre Sol i Mar. El día 22, la Alcaldía de Caldes d'Estrac dio al Sr. Cristóbal Morales (que vivía allí) cinco días para abandonar la casa, ofreciéndole el traslado a la Torre Coll. En muchos casos, se cedían las fincas como sedes de la representación permanente de los diferentes Estados acreditados ante la República y, a menudo, los propietarios permanecían dentro de los edificios. De este modo, se aseguraba la inviolabilidad del edificio y que no habría destrozos ni bombardeos en la finca. Y los diplomáticos podían conseguir residencias y sedes mucho mejores de las que habían tenido hasta entonces.
Can Soler, también conocida como Casa Solimar o Sol i Mar, está situada en el cerro de Caldes, sobre una plataforma en lo alto de un acantilado de unos 20 metros que se abre al mar como un mirador natural. Se compone de la casa principal y de otra secundaria al estilo de una masía tradicional. Antiguamente disponía de varias instalaciones, como una pista de tenis y una alberca, hoy desaparecidas. Tanto la casa como el jardín que se creó a su alrededor son de la segunda década del siglo XX y de inconfundible carácter novecentista. Su propietario y promotor fue el industrial Santiago Soler i Puigdollers, miembro de un largo linaje de empresarios textiles de Terrassa. Junto con sus hermanos, Maurici y Francesc, eran dueños de la empresa familiar Filats i Tints Soler.
Casa de Fusta (Embajada Neerlandesa)
La sede de la embajada Neerlandesa se instaló en la Casa de la Madera, también conocida como La Marañosa. Esta fue la casa del pabellón de Suiza en la Exposición Internacional de Barcelona en 1929. Por iniciativa del empresario Zobel, propietario de la marca Hispano-Suiza, fue desmontada y trasladada de la capital catalana a Caldes d'Estrac, adaptándola muy bien al terreno escabroso del cerro de Caldes.
Se trata de un chalé unifamiliar rodeado de jardín con elementos de madera, tierra y cierres. La casa dispone de planta baja y primer piso, fachada de madera orientada en sentido oeste y cubierta de pizarra.
Desde 1934 el vicecónsul honorario fue el alemán Franz Schlosser, que había sido capitán del ejército colonial alemán en Camerún. En 1916 se entregó a las autoridades españolas de Rio Muni y allí fue trasladado a Pamplona en el contexto de la Primera Guerra Mundial. Durante la Guerra Civil, y al quedar la delegación holandesa sin ningún diplomático, fue nombrado plenipotenciario general, protagonizando en Madrid algunas de las evacuaciones de personas asiladas más famosas. Establecido más tarde en Caldes d'Estrac, se sospecha que murió en un campo de concentración nazi tras su marcha a Francia con los archivos de la embajada al final de la Guerra Civil.
Can Puig Marcet (Embajada de Bulgaria)
Después de los bombardeos de mediados de marzo de 1938 que sufrió la ciudad de Barcelona, muchas delegaciones de países extranjeros decidieron buscar lugares más seguros, por lo que se trasladaron a varias localidades de El Maresme. Así, tanto Caldes d'Estrac como Sant Andreu de Llavaneres o Sant Vicenç de Montalt acogieron las sedes de las distintas embajadas y consulados. Estas localidades tenían ventajas: no eran ningún objetivo militar, disponían de edificaciones adecuadas para las residencias de los diplomáticos y podían ser alcanzadas tanto por vía terrestre como marítima, lo que facilitaba su evacuación en caso de necesidad. Bulgaria fue uno de los países que trasladó su embajada, situándose en Can Puig Marcet, en la población de Caldes d'Estrac.
Can Miracle (Embajada de Argentina)
La embajada argentina fue trasladada en noviembre de 1937 de Valencia a Barcelona. El encargado de negocios de la República Argentina, Guillermo de Achával, decidió el 8 de diciembre de 1937 fijar su residencia en Caldes d'Estrac, concretamente en Can Geiss, en el paseo de Els Anglesos núm. 4. La embajada argentina también representaba los intereses de Uruguay, país que rompió sus relaciones con la España republicana, así como los de Alemania e Italia, aliados de los franquistas. Incluso el 13 de abril de 1938, también representó los intereses de Austria ante la España republicana.
Achával fijó su residencia en la embajada de forma «provisional» el 4 de febrero de 1938, y la abandonó el 26 de enero de 1939, día de la ocupación de Barcelona por las tropas franquistas.
Torre Seldwyla (Cónsul honorario de Suiza)
La Torre Seldwyla, construida en 1925, es un chalé unifamiliar esquinero con planta baja más una planta superior, rodeado de jardín. El solar ocupa 104 metros cuadrados, pero la superficie construida es de 90 metros cuadrados. La fachada principal está orientada en sentido sudeste, de cara al mar. La edificación tiene varias entradas y se puede acceder a ella desde el paseo de Els Anglesos (núms. 28-29). Este chalé fue la residencia del cónsul honorífico de Suiza, Frédréric Gschwind, que murió en Caldes d'Estrac en 1942. Aunque la embajada suiza se trasladó a esta localidad el 9 de septiembre de 1938, es probable que el cónsul suizo, Adolf Gonzenbach, residiera en ella durante el otoño de 1938.
Hotel Caldescans (Consulado de Dinamarca)
En el actual Hotel Caldescans, situado en la calle Santema núm. 6, se estableció el consulado de Dinamarca. Fue uno de los primeros en afincarse en esta población de El Maresme. La casa, construida a finales del siglo XIX y propiedad de un antiguo indiano, es de estilo modernista. Todavía hoy se ve en la fachada una pieza metálica que fue utilizada para introducir el asta de la bandera del país.
Villa Blanca (Embajada de México)
La embajada de México se encontraba en Barcelona desde finales de 1937. El embajador de México, Adalberto Tejada, pagaba de su bolsillo la manutención de una colonia infantil situada en Villa Blanca, en la población de Sant Vicenç de Montalt. En ella había 50 niños, ondeaba la bandera mexicana y se convirtió en una extensión de la embajada mexicana de Barcelona. En la localidad de Arenys de Munt, México también inauguró durante el mes de agosto de ese mismo año otra colonia infantil, situada en Can Botet. Podría ser la misma colonia infantil que fue trasladada, porque el presidente de la República española, Manuel Azaña, ocupó Villa Blanca durante ese tiempo.
Este espectacular edificio, construido en 1909, cuenta con un amplio jardín y actualmente se ha convertido en un hotel.
Can Valls (Embajada de Francia)
Los hermanos Gabrielistas se establecieron después de ser expulsados de Francia durante la III República Francesa. Durante la guerra civil se convirtió en el testimonio silencioso de uno de los hechos más traumáticos que vivió Sant Vicenç de Montalt durante su historia cuando, el 7 de noviembre de 1936, el convento fue rodeado por milicianos armados de la FAI-CNT y cuarenta hermanos fueron detenidos, obligados a subir a autocares hasta que los llevaron a Barcelona. Algunos fueron torturados y cerrados para posteriormente ser fusilados.
En mayo de 1937 se estableció un centro de refugiados (Refugio de Guerra Número 54) con más de doscientos quince exiliados. Durante el año 1938 la finca fue el «Centro de Alojamiento» de la Embajada Francesa hasta el final de la guerra, que va
fue ocupada por el gobierno de la República Española cuando el presidente Manuel Azaña, durante el exilio en Francia, visitó el pueblo en enero de 1939.
Can Pellicer (Embajada de Suecia)
La embajada de Suecia cambió 14 veces de ubicación durante la Guerra Civil. La última fue entre marzo y abril de 1938, cuando se estableció en la finca Can Arquer del Passeig, en Sant Vicenç de Montalt, situada en el núm. 15 del paseo Marquès de Casa Riera. En este paseo se encuentran una serie de viviendas unifamiliares con jardín de estilo novecentista, que fueron construidas durante los años veinte como residencias de veraneo. Una de ellas era Can Arquer del Passeig, construida en 1918 y llamada así para diferenciarla de Can Antic de la Santema. Se caracteriza por su estilo italianizado, con grandes terrazas con balaustradas sostenidas por columnas, y por el jardín, que fue elevado por encima del nivel de la calle. El 9 de marzo de 1938, durante la Guerra Civil, el Ayuntamiento de Teià acordó conceder la Torre Godó a la embajada de Suecia a fin de instalar allí un jardín de infancia para niños y niñas, que fue conocido como el Hogar Sueco-Catalán.
Can Badia (Embajada de Suiza)
La pista suiza sobre el hecho de que la casa hubiera sido la embajada de la Confederación Helvética durante 1938 es muy sutil. Suiza no trasladó a Barcelona su embajada hasta en septiembre de 1938. Se instaló en la entonces calle de Bélgica, 97
(que ahora es la calle de Alfons XII, donde se encuentra el Colegio Suizo de Barcelona).
El único rastro que queda ésta etapa diplomática en la casa son las anillas metálicas que hay en el frontón, sobre la terraza que hace de porche. Allí estaba el palo en el que ondeaba la bandera suiza.
Texto extraído del libro 5 CASAS CON HISTORIA. SAN VICENTE DE MONTALT
Lluís Grau, David Pons, Jordi Sellarés, Xavier Torrentóm Maria Rosa Grau, Antonia Caño, Núria Gifra, Joan Buch
Villa Carmen (Embajada de Brasil)
La sede de la embajada de Brasil fue trasladada de Madrid a Barcelona el 4 de marzo de 1938 y, posteriormente, a Arenys de Mar, a Villa Carmen. Al frente de la misma estaba el encargado de negocios Carlos da Silveira Martins Ramos.
Debido a la carestía de alimentos que había en aquellos tiempos, desde finales de agosto de 1938 y por iniciativa del embajador, en Villa Carmen se organizaban almuerzos y meriendas para todos los niños, de 6 a 12 años, que estaban en los colegios de Arenys de Mar y que acudían allí en grupos de hasta 50 alumnos. La comida se conseguía en Perpiñán y la pagaba el propio embajador, ya que al parecer el gobierno de Brasil no quiso asumir el coste.
Villa Carmen es una casa de veraneo aislada, rodeada de jardín, con torre-mirador de planta cuadrada, construida entre los años 1888 y 1910.
Vila Betània (Protección francesa)
La persecución religiosa en territorio republicano fue muy intensa durante los primeros meses de la guerra. En Arenys de Mar se permitió a las monjas dedicadas al cuidado de enfermos y personas mayores quedarse en el pueblo para seguir con su tarea, pero con la condición de vestir de forma laica y no realizar ningún acto religioso. Aun así, la congregación religiosa de Villa Betània quedó bajo protección del consulado francés, donde había izada una bandera francesa y un cartel en castellano en la puerta advirtiendo de esta especial condición. A finales de 1938, la capilla principal de Villa Betània se volvió a abrir, pasando a ser la iglesia parroquial, ya que el templo de Santa Maria hacía la función de garaje y, por tanto, no reunía las condiciones para ello.
Torre Gran (Embajada de EE.UU.)
La Torre Gran es una gran casa de veraneo edificada por el empresario textil Antoni Serra Feliu en 1909, convertida en hotel en 1956. El edificio, de planta rectangular, está formado por varios cuerpos de alturas desiguales, donde destaca especialmente una tribuna semicircular que hace las veces de terraza, cerrada con una original barandilla de hierro forjado. Su precioso patio andaluz con surtidor en el centro y su magnífico jardín la han convertido en una de las mejores casas de Llavaneres. Fue cedida por sus propietarios para establecer allí la embajada americana, en cuya fachada ondeaba una gran bandera. De hecho, la embajada de los EE. UU. cambió varias veces de lugar durante la Guerra Civil: estuvo ubicada en Madrid, Valencia, Barcelona y, por último, en Sant Andreu de Llavaneres, adonde se trasladó el 5 de abril de 1938.
Casa Romanyà (Embajada de Bolivia)
Casa Romanyà, situada en la actual avenida Catalunya núm. 56 de Sant Andreu de Llavaneres, fue el lugar elegido para fijar la embajada de Bolivia tras los bombardeos que sufrió la ciudad de Barcelona a mediados de marzo de 1938. Este edificio histórico de estilo modernista fue construido en 1910, obra del arquitecto Josep Coll i Vilaclara. Antiguamente conocido como «la Torre del Sot», se trata de una casa señorial de tres plantas, rodeada de un gran jardín y un muro de 2 metros de altura con balaustrada de hierro.
Can Rivière (Embajada de Bélgica)
La embajada belga se instaló en Sant Andreu de Llavaneres, concretamente en Can Rivière, también conocida como Can Ros, una masía del siglo XVIII formada por tres cuerpos y dos plantas superiores y situada en el actual paseo Verge de Montserrat núm.11 de dicha localidad.
De hecho, la misma Generalitat de Cataluña ordenó al Ayuntamiento de Llavaneres entregar la finca a la delegación belga a finales de mayo de 1938. Walter Loridan, el encargado de negocios que representaba al gobierno belga en España, se trasladó a finales de 1937 a Barcelona procedente de Valencia y posteriormente, en junio de 1938, a Sant Andreu de Llavaneres. Estuvo en esta población de El Maresme hasta el 2 de diciembre de 1938, dejando como único representante a Jottard, quien se convertiría en el futuro cónsul belga en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Durante la Guerra Civil la delegación belga también albergó una colonia infantil, a cuyos niños y niñas dieron cobijo y alimento.
Can Matas (Consulado de Chile)
Chile intentó trasladar su embajada de Madrid a Barcelona en marzo de 1938, pero no lo consiguió debido al avance de las tropas franquistas por Aragón y a la partición del territorio republicano en dos por la conquista del Ebro. Este hecho dejó incomunicada Cataluña del resto del territorio republicano. Chile representaba los intereses de Guatemala, El Salvador y Perú, después de que estos rompieran relaciones con el gobierno de la España republicana al reconocer al gobierno de Franco.
Por su parte, Jorge Larenas Boltón asumió el cargo de cónsul itinerante, ya que estuvo en Bilbao, Valencia, Barcelona y Sant Andreu de Llavaneres, donde se instaló en la Torre de José Matas, conocida también como Can Matas o Casa Flores. En ella murió el 11 de enero de 1939, a la edad de 38 años.
Can Matas es una masía de planta baja y dos pisos, formada por tres cuerpos, que fue restaurada a comienzos del siglo XIX. Actualmente alberga un hogar de ancianos.
Castelldaura (Embajada de Panamá)
Buscando un lugar espacioso para sus asilados, el 1 de marzo de 1938 Panamá fijó la sede de su embajada en Premià de Dalt, concretamente en Castelldaura. Lo hizo antes que otros países, que aceleraron su traslado por los bombardeos que sufrió Barcelona a mediados de marzo de 1938. Lo hizo con tiempo, por lo que pudo encontrar un buen lugar, más alejado del resto de delegaciones diplomáticas que se establecieron en El Maresme poco después. El edificio de Castelldaura, también conocido como Can Baltà o Villa Trias, es un edificio y masía construida en el siglo XIX, de arquitectura ecléctica, situada en el núm. 1 de la carretera de Premià de Mar. El edificio dispone de planta baja, piso y buhardilla, dos cuerpos laterales y cubierta plana con balaustrada, además de un gran jardín.
Contexto histórico
En el transcurso de la guerra los peligros en la retaguardia fueron aumentando, siendo los bombardeos aéreos una de las principales amenazas. Barcelona fue la ciudad catalana que más ataques aéreos sufrió, dejando miles de víctimas. De hecho, especialmente sangrientos fueron los bombardeos del 16, 17 y 18 de marzo, que causaron casi un millar de víctimas y numerosos heridos y daños materiales. A raíz de ello, muchas delegaciones diplomáticas de países extranjeros decidieron buscar nuevos lugares más seguros donde fijar sus consulados y embajadas. De este modo, muchos países trasladaron sus delegaciones a diferentes poblaciones de El Maresme, y se establecieron mayoritariamente en viviendas de las poblaciones de Caldes d'Estrac, Sant Andreu de Llavaneres y Sant Vicenç de Montalt. En muchos casos, estas fincas eran cedidas como sedes de la representación permanente de los diferentes Estados acreditados ante la República y sus mismos propietarios permanecían dentro de los edificios. Así se aseguraba la inviolabilidad [S1] del edificio y que no habría destrozos ni bombardeos en la finca. Y además, los diplomáticos podían conseguir residencias y sedes mucho mejores de las que habían tenido hasta entonces.
[S1]L'original en català diu "inviabilitat", però entenc que vol dir "inviolabilitat". Ho he canviat, però prego confirmació.