Carmesina Pons, Alella

Entrevistamos a Carmesina Pons, técnica de cultura de Alella

Carmesina Pons, Alella
Foto: Kris Ubach

Carmesina, ¿qué es esta masía?

Estamos en Can Lleonart, una masía del siglo XVII que se reformó el 2003 para convertirse en el centro cultural que es ahora.

Esta casa antiguamente formaba parte de un conglomerado de tres masías y esta era donde vivían los masovers. Ha sido incluida dentro de la ruta del 1714, porque el señor Lleonart en la guerra de Sucesión apoyó a Carlos III e hizo frente al asedio borbónico de Barcelona; Lleonart fue jefe de espionaje del ejército catalán!

¿Qué hacéis aquí, en Can Lleonart?

Es un centro cultural que tiene una oferta muy ecléctica; hacemos yoga, talleres de artesanía y de trabajos manuales como restauración de muebles o cerámica, hasta cursos de historia o salidas culturales o para ir a andar a la natura. También tenemos un conjunto de ukulele.

Nos viene muchísima gente, aproximadamente un 60% son vecinos de Alella y un 30% son de los pueblos adyacentes. En algunas actividades incluso nos llega gente desde Barcelona y Girona. Es un espacio que genera vínculos sociales y comunitarios donde el medio de transporte es la cultura. La gente de Alella se lo siente muy propio, muy simbólico y muy identitario del municipio.

Aparte de Can Lleonart, ¿hay otros espacios de cultura en Alella?

Lo cierto es que este pueblo tiene una oferta cultural muy rica y muy variada. Tenemos cuatro equipaciones culturales que, para un municipio de 10.000 habitantes, es muchísimo: además de Can Lleonart hay la biblioteca Ferrer y Guardia, el espacio expositivo de Can Manyé y el Espacio de Artes Escénicas, que es el Auditorio. Nosotros, coloquialmente, las denominamos las "Cuatro Torres de Alella".


Alella es vino... Y tanto. Y el pueblo está plenamente volcado en esta actividad. Por ejemplo, desde el ayuntamiento se organiza cada último domingo de mes el que decimos "El Domingo de Vinos" donde se pueden probar diferentes vinos marinados con tapas hechas por algún comercio local. Lo hacemos aquí, en el patio de Can Lleonart.

Y después, desde la iniciativa privada, está lleno de bodegas que ofrecen desde visitas a las viñas hasta catas in situ. En el pueblo también hay unas cuántas tiendas especializadas donde además de los diferentes vinos de Alella, se puede encontrar un amplio abanico de productos de otras regiones vinícolas.

Por otro lado, y dentro de las actividades de la misma DO con los otros municipios productores de vino de Alella, también se organizan catas o, por ejemplo, visitas teatralizadas a la bodega romana de Vallmora.

vinyes a Alella
Viñas de Alella. Foto JM Arenaza
Can Manyé, Alella
Can Manyé. Foto JM Arenaza

Y también tenéis la Fiesta de la Vendimia.

La Fiesta de la Vendimia se celebra en septiembre y es una festividad dedicada en la recogida de la uva y las primeras prensadas. Cada año viene muchísima gente. La fiesta incluye una vertiente más tradicional porque participan herederos, damas y una pubilla del año que son los encargados de inaugurar la festividad; y después hay todo de acontecimientos de carácter ludicofestivo como conciertos, puestecitos para probar vinos de diferentes bodegas, venta de artesanía...


Aparte del vino, ¿qué podemos comer en Alella?

Aquí tenemos una cosa muy curiosa que es la pera rellena, que se puede aprender a cocinar y se puede degustar durante la fiesta mayor, y que también tiene su propio concurso. Igual que los "rellenos" de Arenys de Munt o de Teià -que se hacen con manzanas- también las peras se rellenan de carne.


Imprescindibles d’Alella

  • Bodegas de la Denominación de Origen Alella
  • Edificios modernistas: Torre del Governador, Can Bonveí, Can Llimona, etc.
  • Can Manyé
  • Masia Can Magarola
Torre del governador, Alella
Torre del Governador
Foto: JM Arenaza